Quedan muy pocos días para que Pamplona celebre, un año más, su fiesta más conocida y espectacular. Un evento que trasciende fronteras llegando a todos los rincones del mundo. Queda poco más de una semana para que La Fiesta, con mayúsculas, acoja a cientos de miles de personas de todo el mundo que, bien por primera vez, bien con reincidencia, se empaparán de la magia de nuestra semana más ilustre.

Pamplona ya se empieza a engalanar para la ocasión. Lo vemos en comercios, bares y restaurantes, balcones… Y en el centro comercial La Morea nos encontramos con algo insólito: una espectacular escultura de arena rindiendo homenaje al animal protagonista de la fiesta.

De la mano del reputado escultor Óscar Rodríguez, millones de diminutos granitos de arena toman forma para sorprender a los visitantes de La Morea con unas figuras que dan la sensación de cobrar vida en cualquier momento.

Óscar Rodríguez es un escultor multidisciplinar que trabaja con exquisitez la arena y el hielo, entre otros materiales. Desde 2003 forma parte del elenco de artistas reconocidos internacionalmente participante y requerido en las citas anuales de esta disciplina.

Uno de los artistas con mayor prestigio internacional que desarrolla su arte en 24 países de 4 continentes y que se ha brindado a sorprender a los visitantes de La Morea y, una vez más, como siempre que trabaja cara al público, a la pregunta tantas veces formulada de “- ¿qué le echáis a la arena?” Óscar contestará “- agua… y pasión, mucha pasión”.

Desde el 24 de junio, y durante una semana, Óscar Rodríguez trabajará en su obra de cara al público. Un público que participará en la magia de la creación a partir la arena que observamos en nuestras playas. Todo un espectáculo para aquellos que quieran ver y conocer.

La obra quedará finalizada el 1 de julio y, para deleite del público, estará expuesta hasta el último día de Sanfermines.

Y el día 14, cuando miles de pamplonicas y amigos entonen el “Pobre de Mí” millones de granitos de arena volverán a su estado disperso pero dejando en la retina de muchos el recuerdo de haber formado, en un momento efímero, parte de algo tan grande.